Hora de clase

Escrito por: Gabriela Colmenero


Las maestras tienen uno de los trabajos más importantes en la formación de niños, niñas y adolescentes (individuos). La hora de clase,es un encuentro con el relato, la narración, el saber y los conocimientos; en donde se puede cambiar, trasformar o hacer distinta la vida.

La palabra y cuerpo de la maestra están en acción abriendo nuevos mundos. Sabe mover,moviendo los contenidos que comenta. Éstos,cobran vida y provocan la apertura a otras puertas.

Hace unos años, realicé un ejercicio para primaria en el Taller de Artes Plásticas y lotitulé “Plasmar mis manos”. El objetivo era pensar qué tan importante son nuestras manos en la vida para después dibujarlas. En un primer momento, tenían que observar y sentir sus manos. En un segundo momento,era una participación oral donde escucharía todo el grupo algunos ejemplos de lo querealizaban con las manos. Un tercermomento, fue plasmar sus manos en diferentes momentos o acciones importantes que habían ocurrido en su vida; la obra teníaque ser sumamente colorida y sin dejar ningún espacio en blanco. Para concluir,debían mostrar y explicar su obra.

Trascurrido el tiempo de clase, una niñaterminó y me mostró su trabajo. 

Observé su obra e indiqué - Aún no ha terminado. Continúe…

- Ya terminé…

- No, no ha terminado. Aún falta trabajar algunos espacios en blanco.

- Déjeme explicarle.

- Ok, dígame.

- Mi dibujo esta así, porque los espacios en blanco son las cosas que todavía no he hecho en la vida.

Ahí, a la hora de clase, la palabra tanto de los estudiantes como de las maestras nunca es sólo una palabra porque transforma, plasma,genera movimiento, tiene una estrecha relación con su vida y con su deseo.

Se preguntarán, por qué menciono a maestras, porque me permito hacer unpequeño homenaje a las maestras que han transformado mi vida.

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