La adolescencia y sus maravillosos cambios.

Escrito por: Psic. Erika María Aguirre Jacobo


Esta es una etapa de la vida en la que uno de los objetivos primordiales es buscar la identidad del individuo. El adolescente se hace preguntas fundamentales como ¿Quién soy yo? y posteriormente ¿Qué haré con mi vida?

Es muy interesante cómo el adolescente va a ir sumando a su historia pasada un cúmulo de experiencias y aprendizajes de su presente. Todo eso que ocurre dentro y fuera de esta persona van formando la identidad. Esta identidad le da la conciencia de ser una persona con su singularidad y distint@ de los demás, sin olvidar que está inmers@ en una sociedad.

Lo anterior es el proceso natural que cada persona vive al cruzar por la adolescencia... pero qué pasa si esta etapa de la vida nos llega cuando nos encontramos dentro de un momento histórico atípico en donde estamos viviendo, al igual que el resto del mundo, una pandemia. En donde hemos tenido que vivir encerrados, tomando clases en línea, aislados del contacto físico, socializando únicamente a través de las redes sociales y de repente nos dicen que debemos regresar a convivir de manera presencial con nuestros pares... ¿Qué ideas se agolpan en nuestra mente? ¿Qué emociones sentimos? Pues indudablemente comienza un caos dentro de nosotr@s, hay emociones y pensamientos que se presentan en nuestro ser. Por un lado está la alegría de ver en vivo y a todo color a los amigos y amigas que solo veíamos vía Zoom, pero también está la incertidumbre de que nos vean cambiad@s, más grandes, más desarrollad@s, y es inevitable la pregunta ¿Qué pensarán de mí? ¿Me tratarán igual que antes? ¿Querrán seguir siendo mis amig@s? Pero no sabremos la respuesta a dichas preguntas hasta que nos armemos de valor y enfrentemos la situación... Seguramente nos vamos a encontrar con la gran noticia de que también nuestras amistades cambiaron, crecieron, se desarrollaron y tendremos la oportunidad de experimentar un presente disfrutando de estos maravillosos cambios que la vida nos presenta en la adolescencia.

Por otro lado, los adultos que formamos parte de la vida de uno o varios adolescentes tenemos la obligación de observar con atención los cambios que esta o estas personas van teniendo, seamos acompañantes, lo que indica no juzgar, no criticar, no quejarse; hay que recordar que algún día estuvimos en ese lugar y... ¿Qué nos hubiera gustado escuchar de los adultos que nos rodeaban? ¿Cuál era la actitud que esperábamos de aquellos adultos?

Es mejor ayudar a que este proceso de cambio se vaya dando de una manera natural. Debemos fortalecer su autoestima y su seguridad. Tener actitudes de paciencia, respeto y tolerancia. Tener palabras amables como “Eres muy valios@ para mi y me gusta ver tu crecimiento en todas las áreas de tu vida”, “Cuentas conmigo”, “Te escucharé sin juzgarte”, “¿Me permites compartirte mi experiencia?” Que sepan que somos adultos confiables.

Sobre todo debemos motivarlos a que sean auténticos, ese es su gran poder, “Ser ellos mismos” porque eso los hace especiales.

Psic. Erika María Aguirre Jacobo

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