La importancia de la comunicación y la disciplina en la educación de los hijos

Escrito por: Psic. Erika María Aguirre Jacobo


En esta ocasión me gustaría compartir algunas palabras respecto a la comunicación y la disciplina como madres y padres de familia.

La comunicación es fundamental para establecer contacto con las demás personas, expresar nuestros pensamientos y transmitir nuestros sentimientos, poner en común ideas con alguien, en fin, relacionarse con el otro.

Esta comunicación con nuestros hijos requiere de…

Ø  Escuchar activamente: poner toda la atención necesaria, verlo a los ojos, no prejuzgar, no estar viendo nuestro celular mientras él o ella nos habla.

Ø  Habilidad para motivar: alentar a los hijos a que expresen su sentir y su pensar.

Ø  Empatía: es tener la capacidad de percibir los sentimientos, pensamientos y emociones de los hijos, reconociéndolos como individuos similares, pero con mente propia.

Es básico: dar información positiva, emitir mensajes coherentes, que no den lugar a contradicciones, expresar los sentimientos, crear un clima emocional de cariño y respeto que facilite la comunicación, pedir y escuchar la opinión de ellos. También admitir que su opinión puede no coincidir con la nuestra y quizá hasta pueda hacer que cambie nuestro punto de vista.

Una buena comunicación nos permite a los padres ejercer la autoridad necesaria sin que los hijos la vivan como una imposición.

¿Qué estilo de autoridad ejerces sobre tus hijos?  Eres…

ü  Autoritario: con normas rígidas y abundantes, hay castigos, critica a la persona y no a la conducta, no se dialoga ni se negocia. 

ü  Sobreprotector: con pocas normas, concesión de todos los deseos, exceso de premios y justifican todo lo que hacen los hijos.

ü  Permisivo: no hay normas, flexibilidad excesiva, no hay premios ni castigos, se les dejan hacer todo lo que quieran hacer los hijos con tal de evitar conflictos.

ü  Asertivo: hay normas claras y adecuadas, hay un uso razonable de los premios y los castigos, existe un refuerzo verbal positivo, permanece el uso del diálogo y la negociación.

Este último es el mejor estilo de autoridad para poder inculcar la disciplina en nuestros hijos.

La disciplina implica límites, reglas, normas, lineamientos o acuerdos necesarios para la vida.

Debemos desarrollar la Tolerancia a la Frustración en nuestros hijos. Esto es la fortaleza interior que permite soportar y sobrevivir a las tormentas de la vida, alcanzar objetivos, superar obstáculos, ser productivos, independientes y capaces de resolver problemas.

La disciplina junto con la fortaleza que da la tolerancia a la frustración los ayudará a lograr las metas y a realizar sus sueños. No existe un sueño realizado, ni una meta cumplida en la que no hayan tenido que esperar, perseverar, caer y levantarse, fracasar y seguir adelante, hasta llegar a la meta y por fin, ver el sueño realizado. 

Amemos a nuestros hijos siendo una autoridad asertiva para ellos, teniendo una comunicación efectiva y afectiva, además de enseñarles a vivir con disciplina y ser tolerantes a la frustración.

Psic. Erika María Aguirre Jacobo

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