Resiliencia, la capacidad que todos debemos tener

Escrito por: Psic. Erika María Aguirre Jacobo.


¿Qué es la resiliencia?

Es la capacidad del ser humano de sobreponerse a periodos de dolor emocional o de crisis o de situaciones adversas.

Hay que entender las crisis como una oportunidad de crecer, también de ser más fuertes al tener la capacidad de afrontar y aprender de esos momentos.

Todos podemos ser resilientes, el punto está en ser conscientes de que podemos entrenar esta capacidad, no lo heredamos, no viene en los genes, requiere de nuestra voluntad.

En la resiliencia se trata de salir adelante, no se trata de no sufrir.

Hay algunas actitudes que nos ayudan a ser más resilientes:

a) Ser positivos cuando vemos una oportunidad en cada crisis a la cual

nos enfrentamos en la vida diaria.

b) Ser flexibles mientras más rígidos seamos en nuestro pensar y en

nuestro actuar más difícil será encontrar lo positivo a la

adversidad.

c) Ser analíticos y mirar en retrospectiva cómo hemos sobrellevado

las situaciones complicadas en nuestro pasado.

Hay dos tipos de personas resilientes:

1) Los que buscan su fortaleza afuera de ellos, apoyándose en familiares, amigos, pareja, maestros de vida.

2) Los que buscan su fortaleza adentro de ellos, cuidan su interior, buscan cosas que les dan serenidad y motivación, como lo puede hacer la música, la oración, la meditación, etc.

Hay 3 estrategias que nos pueden ayudar a desarrollar nuestra resiliencia:

I. Cuéntate otra historia: Como mencionan Wilson y Gilbert, todos tenemos un narrador interno que suele exagerar lo que vivimos, pero por otro lado nuestro sistema inmunológico psicológico que es quien cura nuestras heridas emocionales ayuda a que ese narrador interior relativice nuestras vivencias dolorosas, para

que al pasar del tiempo nos cuente una historia más agradable.

II. Cambia tu actitud: si tenemos una actitud negativa o cuando nos victimizamos no nos permite ser resilientes. Cambiemos los

pensamientos derrotistas por los edificantes. Pero para lograr ésto, debemos tener conciencia plena e identificar estos pensamientos que debemos ponerles un alto y modificarlos. Por ejemplo.- En lugar de decir “No puedo, me rindo” podemos decir “¿Qué puedo hacer para mejorar? o “Probaré algo nuevo”. En lugar de decir “Nunca lo lograré” podemos decir “Seguiré aprendiendo”, y como esto ejemplos hay muchos más.

III. Enfrentar tus miedos: no se trata de no tener miedo, sino de seguir adelante a pesar del miedo.

La resiliencia es una habilidad que se refuerza con el uso y se atrofia con el desuso.

Seamos seres resilientes

Psic. Erika María Aguirre Jacobo.

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